jueves, 28 de julio de 2011

Grecia-EEUU el Sistema Financiero y las Calificadoras de Riesgo


¿Es posible hacer una reformulación en la estructura y regulación de las calificadoras de riesgo, o la crisis deja al descubierto la imposibilidad de tercerización en agencias privadas respecto de dar opiniones que implican el otorgamiento de una cuasi-fe pública sobre el riesgo de instrumentos de deuda?

Los beneficios que estas obtienen por sus servicios son independientes de su capacidad de evaluar correctamente el riesgo, y se las considera que están más bien correlacionados con la sobreestimación de la cualidad del crédito y la subvaluación del riesgo.

Esto sucede ya que por un lado, operan en una estructura oligopólica y tienen un gran estímulo para apoderarse del mercado, y por otro, son contratadas por aquellos que necesitan vender los productos riesgosos. Esto las lleva a tener gran incentivo para otorgar calificaciones favorables incurriendo en una conducta de riesgo moral.

Se plantea entonces, ¿Cuál debería ser el norte en el diseño del nuevo marco regulatorio que impone la crisis? ¿Se requiere de una corrección del actual paradigma regulatorio o la adopción de uno radicalmente distinto?

¿Hay que regular los tipos de interés? ¿Hay que supervisar la calidad de cada crédito bancario? ¿Hay que prohibir determinados volúmenes de endeudamiento? ¿Hay que poner límites a la exposición al riesgo de los inversores? ¿Hay que prohibirles vender al descubierto? ¿Hay que prohibir los derivados? ¿Hay que revisar las normas de contabilidad para dotar a los balances de los bancos de más fidelidad?. Entonces cuál sería el cometido de cada una de las regulaciones a la hora de evitar las crisis económicas. 

¿A qué se debió que gran parte de la superabundancia global de ahorros terminase en los Estados Unidos? Sin duda, la dimensión y profundidad de los mercados financieros norteamericanos es parte importante de la explicación. Pero los excesos observados no hubieran sido posible sin los extremos alcanzados por la desregulación financiera de esos mercados en los últimos veinticinco años, que permitió a los banqueros estadounidenses descubrir maneras sofisticadas de enriquecerse ocultando los riesgos involucrados y engañando a los inversores

Jorge Gabriel Barreto
Economista

EEUU perfila el sistema financiero hacia otra mega crisis financiera


La discusión del aumento en el tope de la deuda de EEUU en relación al PBI es un tema menor, teniendo en cuenta los grandes problemas aún no resueltos en cuanto al sistema financiero internacional, su estructura y regulación.

Las señales ya están dadas desde hace unos cuantos años para que suceda una mega crisis financiera. Estados Unidos tiene un vencimiento de deuda de u$s29.000 millones el día 15 de agosto y la deuda pública de Estados Unidos es el colateral libre de riesgo más utilizado en las operaciones financieras. Si entra en default, ¿Qué pasara con los “mercados”?. 

A ver, el sistema financiero sufrirá una especie de “perturbación” en cuyo transcurso la carrera por dar contramarcha al proceso expansionista puede llegar a ser tan precipitada, que se asemejara a un pánico. Los agentes tienen un comportamiento bipolar; creen que la bonanza dura para siempre, y cuando estallan las burbujas que ayudaron a crear, actúan como si el mundo se cayera a pedazos.

EEUU regula la liquidez del sistema financiero internacional por eso desde la última crisis financiera la inyección de liquidez fue masiva. Las bajas tasas de interés no generaron la reactivación de la inversión sino de nuevas formas de ganar dinero especulando. 

Las innovaciones financieras, incrementan la inestabilidad endémica, propia del sistema y por esta razón el hecho de que si bien el disparador de la crisis puede ser algún acontecimiento exógeno, los motivos que hacen que la misma ocurra son de carácter endógeno, y es el propio funcionamiento del sistema, la naturaleza misma de su dinámica, la que genera estas situaciones. 

En definitiva, hay una economía política muy funcional a los excesos durante el auge. No es casualidad, en efecto, que el clamor por políticas contracíclicas se escuche insistentemente en la recesión, pero muy pocas veces en la fase expansiva del ciclo

Jorge Gabriel Barreto

Economista

miércoles, 27 de julio de 2011

Grecia en vías de convertirse en el próximo hindenburg financiero

El riesgo de un default inminente se disipa pero solo en el corto plazo. Las actuales medidas son insostenibles en el mediano plazo y traerá graves consecuencias financieras. 

Hace unos días el Eurogrupo aprueba el segundo rescate a Grecia, que ascenderá a  US$109.000 millones, más la aportación voluntaria de los bancos, que ascenderá casi a 50.000 millones quedando la ayuda total en 160.000 millones de euros al 3,5%, con plazo de entre 15 y 30 años.

Días antes el 13 de julio La agencia Fitch sitúa a la deuda de Grecia a un escalón del impago -tras rebajar la nota hasta "CCC".

La capacidad de la economía griega es casi nula para poder generar competitividad y el revote que ponga nuevamente  a los helenos en una senda de crecimiento que aumente la recaudación y acelere la caída del déficit fiscal. 

Las típicas recetas al déficit fiscal son varias pero siempre se barajan las mismas; emitir deuda, subir impuestos, bajar el gasto público o la emisión monetaria. La última se encuentra vedada por estar en la eurozona perdiendo un instrumento de política monetaria. 

Analizando el mix de medidas adoptadas pueden nombrarse por ejemplo; Privatizaciones, vendiendo el 10% de la operadora OTE a Deutsche Telekom. Reforma de pensiones prevista en su plan de austeridad que implica un retraso de la edad de jubilación hasta los 65 años. A partir de 2015, nadie podrá jubilarse antes de los 60 años y también una reducción en las pensiones de hasta un 26,4%.

Además, recortes en el gasto público y aumento de impuestos. El IVA sube hasta el 21% y los pluses de los funcionarios se reducen un 30%. El mix incluye todos los tipos de medidas. Ahora bien la pregunta que se hace es ¿Que se logró? 

La realidad es que Grecia entro en un círculo vicioso. La caída del gasto público y de los salarios lleva a la baja del ingreso, teniendo en cuenta además que la inflación es positiva haciendo que todavía los salarios reales caigan aún más, esto lleva una la baja de la recaudación; lo que impide que mejoren las cuentas fiscales; por lo cual se recomiendan nuevas bajas del gasto, y el circulo vuelve a comenzar.

La caída inicial de la demanda por la contracción disminuye las perspectivas de la inversión ya que las empresas para producir miran las señales de la demanda ya que esta no responde a las tasas de interés que están en baja.
Dado que las perspectivas no son buenas los agentes demandan liquidez y de ser posible, sacan su dinero del país. Los griegos tienen en cuentas suizas 280.000 millones de euros, el 120% del PIB heleno. 10.000 mil millones menos de lo que recibe en las dos ayudas, ya que en 2010 se aprobó 110.000 mil millones de euros en tres años y ahora 160.000 mil millones de euros. Totalizando en 270.000 mil millones. ¿La ayuda financia la fuga de capitales? Al perecer la realidad nos muestras que es correcto.

Por otro lado; ¿Se verifica que la caída de los salarios provoca la caída de los precios? Los salarios bajaron pero la inflación de 2010 fue del 5.3% y actualmente se espera que anualice el 2011 cerca al 4%.

Además el desempleo está por encima del 16%, ¿Cuánto tendría que subir para llegar entonces a la “tasa natural”? y ¿Cuál sería esta tasa “natural”? 

Supongamos ahora que se iniciara el camino deflacionario. ¿Por qué entonces se puede esperar que a medida que caen los precios suba la demanda si cuando caen los precios, aumenta el peso de las deudas? Entonces ¿Por qué tendría que aumentar la producción y el ingreso en estas condiciones? La idea común en este caso es decir que existe un efecto saldo real positivo que impulsa la demanda, aunque en este caso no parece viable.

La realidad avala lo antes dicho y  la pregunta que cabe hacer es ¿Grecia podrá hacer frente a tal stock de deuda? A todas luces lo peor que le puede pasar a Grecia es que otros miembros de la eurozona necesiten grandes ayudas financieras como por ejemplo España, Italia y Portugal. Según las últimas perspectivas la necesitan y terminara provocando un problema sistémico.

Eurostat en la última revisión determina al alza el déficit público de Grecia en 2010 y lo sitúa en el 10,5%, frente al 9,4% calculado hasta ese momento. También aumenta su deuda pública del 142,5% hasta el 142,8% del PBI.

Grecia vive una situación a nivel económico y social muy parecida a la ocurrida en nuestras tierras allá por fines de 2001 pero con algunos matices que a todas luces hacen parecer que estamos ante una mega hecatombe financiera a nivel mundial de este pequeño país. Ahora por no regular la deuda de sus miembros se debe hacer frente a esta inmensa carga.

Jorge Gabriel Barreto
Economista